jueves, 4 de junio de 2009

El alma fragmentada

Entre las revoluciones de la luz aparece la mujer con el alma fragmentada, con fragilidad estelar y soñadora de mundos distantes a este. Junto con un cajón de memorias que cicatrizan y pinceladas de un futuro que no existe, pero que lo sueño, entra en tierras desconocidas cubierta de polvo cristalino, saca su pañuelo y ante ella 3 caminos se revelan: en el primero Beethoven le invita a sentir el piano y tocar juntos en una misma sintonía, en el segundo Da Vinci le seduce con una sonrisa discreta para que se convierta en su nueva musa y en el tercero el olor de Italia le cautiva y envuelve de la manera más natural.

Ante las opciones e indecisa, mira hacia abajo, ve sus converse, respira profundo, sube el zipper de su abrigo y cierra sus ojos dividiéndose así en 3 partes y saboreando cada fantasía presentada en cada camino, cuando esta lista para salir de esta ilusión y ha recorrido todo, toma un poco de esencia y la guarda en su bolsillo, pronto todo se convierte en un solo cuerpo de nuevo.

En el mismo punto del camino abre sus ojo, se agacha y dibuja con sus manos una espiral con alas, saca un poco de la esencia que guardó en su bolsillo y la rocía dejando una marca permanente, al sellar se levanta y se aleja con la luz que la trajo, hacia ese futuro que todavía no existe, pero que con el tiempo ella encontrará.